Todo empieza hace unos dos años en mi facultad, cuando unas chicas del Banco Santander ofrecían portátiles con un descuento en el precio a los estudiantes. Bah, un portátil, muy chulo pero caro. No me hace falta.
El tiempo fue pasando y mi querido Duron 800 iba pidiéndome RAM, más disco duro, más memoria de video... Con eso, era suficiente para hacer prácticas y demás...
En el curso pasado empiezan a proliferar por mi facultad gente con portátiles. ¿Que no había sitio en ningún laboratorio? Llegaban con su portátil y se ponían donde quisieran a hacer prácticas (y algunos a poner música para fardar). Encima, al poco, podían conectarse a la red wireless. Pero en vez pensar en la suerte que tenían ellos de poder hacer prácticas, los odiaba y envidiaba por esa razón. Al que ponía la música, más.
Hace unos meses, mi querido Duron hacía más ruido de lo normal con su ventilador, por lo que tuve que cambiárselo junto a la caja de alimentación. En el trascurso de esa operación me fijé en un detalle que había en su placa... Un componente parecido a una pila tenía un residuo que suelen tener las pilas cuando tienen mucho tiempo. Como pude, se lo limpié, a sabiendas de que saldría más.
Duron podía dejarme tirado en cualquier momento.
(Continuará...)
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