sábado, marzo 03, 2007

A morirse de hambre...

Creo que es la primera vez que pongo un post en mi blog con ciertos tintes de política. Antes de nada, quiero dejar claro que esta es mi opinión, igual de válida que la que pueda tener otro. Si quieres aportar algo, hazlo en comentarios, pero cuidando las formas, sin salirse demasiado del tema y respetando las opiniones de los demás. Gracias.

Como ya sabreis, hace unos días le concedieron prisión atenuada a De Juana Chaos (yo me enteré al día siguiente). Resulta que llevaba varios meses en huelga de hambre (cosa voluntaria por su parte) porque no estaba de acuerdo con su sentencia.

Pero como esa "persona" asesinó a 25 personas, perteneció a una banda terrorista e hizo apología del terrorismo, su caso ha trascendido por los medios de comunicación (entre ello, por qué no, este blog que no suele hablar de esos temas). Tras varias comisiones, al final el poder ejecutivo ha decidido darle lo que quería, más libertad.

Pues nada, ahora quien quiera algo, ya sabe lo que tiene que hacer: ponerse en huelga de hambre para que su vida corra peligro y el gobierno se apiade de él y se lo conceda. ¿Quieres una vivienda digna? No comas, y el gobierno te la dará. Aunque claro... no sé yo si tu caso trascenderá lo suficiente como para que llegue a oídos del gobierno. El otro lo consiguió, entre otras cosas, por haber matado a 25 personas. ¿Tendremos que matar a 25 personas para que nos escuchen a nosotros?

Ironías a parte, creo que esto ha creado un precedente y que habrá mucha gente que haga lo mismo que ese "personaje" para que les den otras condiciones mejores de prisión. En mi opinión, y a riesgo de que la muerte de De Juana hubiera supuesto convertirlo en un mártir por la causa, no veo nada acertada esa decisión de concederle ese grado de prisión.

Soy de los que pienso que cada uno puede hacer lo que quiera con su vida, siempre y cuando no jueguen con la vida de los demás. Si este hombre quería morir, que lo hubieran dejado morir (ojo, que no es lo mismo que matarlo). Seguramente, ninguna de sus 25 víctimas querría haber muerto por aquél entonces.

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